La comida en tiempos de guerra, posguerra y pandemia



“La obsesión de estos meses finales de 1938 es la comida. Observo a todas horas las conversaciones más variadas para resolver el problema de comer, nada más, regularmente. En las fábricas, talleres, oficinas, en todas partes, todos los días, semanas y meses no se suele soñar más que en la comida. En mi imaginación suelo ver grandes mercados repletos de vituallas frescas de toda clase de comestibles, llenos de todas clases de manjares apetitosos a precios razonables…”. Domenech i Puigcercós, "Cocina de recursos", 1938 .

Con Antonieta preparamos budín de peras y mermelada de naranjas. Eran las últimas frutas que nos quedaban.
Mi alacena esta casi vacía. Tenemos que ir a comprar comida pero salir de casa lo siento como una tortura. El virus nos ha cambiado la vida para siempre y estoy segura que nunca mas volveré a ser como antes.


Tiempos turbulentos.

En situaciones extremas, como la guerra o pandemias, abandonamos la cocina sofisticada y volvemos a los más tradicionales y antiguos recetarios. Tratamos de preparar comida económica y abundantente. Vamos al almacén y con lo que se consigue de comida, se sobrevive. En tiempos de guerra, la harina y las cebollas han salvado a media europa de la hambruna más extrema. Sopas humeantes entretenían a los estómagos vacios.

Cocinando en medio del Coronavirus.

En casa siempre comemos casero, pero en tiempos de Covid-19 preparo abundantes guisos, pucheros y potajes (desde el siglo XIII el "potager" es la huerta de donde se saca lo que sirve para hacer el potaje, y en francés antiguo era el nombre que se le daba al cocinero que preparaba las verduras y las viandas cocidas en el puchero¹”). También amaso pastas, pizzas, galletas y pan de campo. La carne esta muy cara y viene dura como piedra. La reservamos para milanesas y hamburguesas. Asado? Sólo si está a precio razonable.


Latas salvadoras.

En mi alacena nunca faltan latas de atún, arvejas, choclos, tomates, garbanzos y lentejas. Me han salvado siempre.

Los alimentos enlatados nacieron por la necesidad de dar sustento a miles de soldados en tiempo de guerra y fue Nicolas Appert, un cocinero y químico francés quien en el año 1795, durante un periodo de intensa rivalidad entre franceses y británicos por mantener a sus ejércitos debidamente alimentados, se dedicó a experimentar en la cocina tratando de que distintos productos se lograran conservar por mucho tiempo, de una manera confiable y segura. Así, logró descubrir cómo hacer la conservación de alimentos empacados en frascos de vidrio. El método requería de una olla, agua hirviendo, botellas de champagne de cristal, cera y alambre (con estos últimos sellaba herméticamente los recipientes).

En 1810 publicó sus investigaciones en "Le livre de tous les ménages ou L’Art de conserver, pendant plusieurs années, toutes les substances animales et végétales” (El arte de conservar, durante varios años, todas las sustancias animales y vegetales). Como era de esperarse el libro fue todo un éxito y se comenzó a utilizar de manera masiva. Lamentablemente, Appert no patentó su sistema y los ingleses se lo copiaron.
Con el paso de los años, John Halle y Brian Donkin, que habían aplicado el método Appert, cambiaron las botellas por envases de hoja de lata, que eran más resistentes, más manejables y menos pesadas. Tal como las conocemos hoy en día.

Papas a la importancia.

Alguna vez cocinaron la famosa "olla podrida"?, y la "ropa vieja"?. Yo preparé hace unos días "Papas a la importancia". Estas papas son una comida de posguerra ya que esta compuesta por ingredientes muy humildes, que muchas veces eran los únicos que una familia podía permitirse: papas, cebolla, ajo, aceite y harina. Sin embargo, la preparación que llevan estas papas le dan toda la dignidad perdida mediante un proceso bastante largo y complicado. Pero se hace con gusto!. Claro que sí! Son Papas a la importancia!. En la guerra y la posguerra darse importancia era lo único que separaba a la gente de arrojarse a la desesperación más absoluta.


Escucho "All I Have to Do is Dream" de The Everly Brothers. Pueden escucharla en mi Playlist XV de Spotify.

Hoy comeremos mostacholes con salsa blanca a los "2 quesos" (reggianito y mantecoso). De postre, dulce de batata.

La niña de las fotos☝️es nuestra dulce Antonieta, preparando budín en tiempos de pandemia.

Les mando un gran beso.
Sigamos cuidándonos.
Piu Avanti!.

Agustina.




¹. Jean-Francois Revel, “Un festín en palabras”.