El color verde que enamoró a los artistas y envenenó a sus clientes.



Eráse una vez dónde el pigmento verde mataba, literalmente, a las personas.

Todo comenzó durante la primera mitad del siglo XIX cuando se puso de moda el color verde, quizás en un anhelo por volver a la naturaleza en las ciudades cada vez más industrializadas, o quizás por el simple capricho de algunda dama de la época.
Era el año 1814, en Schweinfurt, Alemania, cuando dos hombres llamados Russ y Sattler intentaron mejorar el verde de Scheele, una pintura hecha con arsenito de cobre. El resultado fue un pigmento altamente tóxico al que llamaron "verde esmeralda" (también conocido como verde de Paris, verde Schweinfurt y verde de Viena). Hecho con arsénico, el color se convirtió en el color favorito de los pintores, fabricantes de telas, diseñadores de papel de pared y tintoreros.


“La fabricación del verde esmeralda comenzó en 1814 en la "Wilhelm Dye and White Lead Company" de Schweinfurt. Era más popular que el verde de Scheele y pronto se comenzó a imprimir en papel y tela; incluso coloreó dulces. (Fuente: The Elements of Murder: A History of Poison. John Emsley).


Desconociendo el peligro, Inglaterra y Estados Unidos también cayeron rendidos ante la belleza de este color.
Una de las historias más conocidas sucedió a mediados del siglo XIX, en Londres, cuando el médico Thomas Orton se dirigió a la casa de los Turner.
Destrozados por la muerte de sus 3 hijos, le pidieron salvar a su pequeña, también enferma, pero todos los intentos fueron inútiles. Los 4 niños parecía que habían sido víctimas de la difteria, una enfermedad bastante común en esa época. Sin embargo, lo que al médico le resultó desconcertante era que ninguno había respondido a los tratamientos tradicionales contra ese mal. Orton decidió practicarle una autopsia a la pequeña y los resultados concluyeron que había muerto por una intoxicación con arsénico. Las alfombras, las cortinas, los muebles y hasta el papel de la pared de las habitaciones de los niños eran color "verde de Paris".
Los experimentos a fines del siglo XIX demostraron que los pigmentos de arsénico en los papeles húmedos o podridos eran letales. El moho que crecía en el papel pintado emitía tóxicos que olían a ajo.

  Crédito de la foto: Evonews
Con respecto a los pintores, si observamos algunas de las obras de Cézanne podemos afirmar que también fue un amante del verde de Paris y debido a esto podría no haber sido una coincidencia que sufriera de diabetes severa.

  "The Pond", Paul Cézanne. 1879. Museo de Bellas Artes    de Boston.
El pigmento fue utilizado por otros artistas, como Manet o Van Gogh, pero como tenía tendencia a volverse negro cuando se exponía al calor no se hizo universalmente popular, por suerte, entre los pintores.


El uso de este color fue abandonado cuando se supo que las personas que vestían ropas teñidas con el pigmento morian antes de tiempo (hasta el día de hoy, los franceses evitan hacer trajes de teatro de color verde). Sin embargo, y aún con toda evidencia científica de su naturaleza altamente venenosa, la producción de pintura verde esmeralda no fue prohibida hasta la década de 1960. No les parece increible?!.

Escucho el "Love Theme" de la encantadora Cinema Paradiso. Ennio Morricone es un virtuoso.

Es Sábado. Estoy algo confusa con respecto a los días y las horas. La cuarentena continúa en nuestras vidas. Todo indica que debemos seguir en nuestros hogares, cuidándonos y cuidándo a los que amamos.
Piu Avanti.

Agustina