El agente Romeo

Los encantos masculinos han sido, y son, un arma extremadamente eficaz. Así lo demostró Markus Wolf, quien, entre 1953 y 1986, fue el jefe de la Stasi (la policía secreta de la República Democrática Alemana) y el creador de la “Estrategia Romeo”, una tropa de espías seductores que conquistaban los corazones de las secretarias de los organismos oficiales de la Alemania Occidental.


El perfil del agente Romeo era: “Un hombre de mediana edad, bien parecido, educado, que despertase confianza”, explicó Richard Meier, la mano derecha de Wolf durante aquellos turbulentos años. ¿Y quiénes eran sus objetivos? Pues las secretarias. “Buscábamos mujeres solteras de cierta edad”, seguía contando Meier.

El agente debía ganarse su confianza, haciéndolas creer en la posibilidad del matrimonio. Según relató Meier en sus memorias, uno de estos espías, un agente del que solo dio su nombre de pila, Felix, contactó con su víctima, Norma, secretaria del cónsul francés, en una parada de autobús. Meses después, se casaron, y tras el enlace, Felix le reveló a su esposa que era un espía; para entonces, ella ya estaba tan enamorada de él que no se pudo negar a colaborar. Poco tiempo después fueron descubiertos y Norma, avergonzada, se quitó la vida. “Nuestro plan causó muchas historias trágicas”, reconoce Meier; “hoy me opondría en redondo a hacer algo así”. Pero Meier y su jefe, Wolf, también cosecharon varios triunfos. Como colocar a uno de sus romeos, Günther Guillaume, casado con una funcionaria del Gobierno de Alemania Federal, como miembro del gabinete del presidente Willy Brandt. Cuando se supo que Guillaume era agente de la Stasi, Brandt no tuvo más remedio que renunciar.

Nacido el 19 de enero de 1923, en el sur de Alemania, Markus Wolf, hijo del dramaturgo judío Friedrich Wolf, emigró a Rusia junto con su familia a los diez años para huir del nazismo. De esa etapa le quedó el alias "Mischa", la formación escolar, el aprendizaje periodístico y el ingreso en el Partido Comunista en 1942, impulsado tanto por el adoctrinamiento soviético como por el fervor antifascista.

Markus también fue conocido como “El espía sin rostro” pues nadie logró saber cuál era su aspecto hasta que en el año 1978 un fotógrafo logró retratarlo en Estocolmo.


Se dice que la excelentísima película “La vida de los otros” (Das leben der anderen) está ligeramente inspirada en su figura. De hecho, Wolf se enamoró apasionadamente de Annekathrin Bürger, una actriz de la Alemania del Este a la que tenía que vigilar. Cuentan que se obsesionó tanto con ella que utilizaba su poder para mantener alejado a cualquier potencial amante…





En fin, el cultivado y elegante Wolf -cuya capacidad de seducción alguien llegó a comparar con la de Paul Newman-, falleció, en el año 2006, a los 83 años de edad. Según los expertos, Markus, que nunca estuvo en el Comité Central comunista de la RDA, jamás mordió la mano de quien le dio de comer, e incluso en su célebre autobiografía no develó ninguno de los secretos que fueron su material de trabajo durante 33 años.


Adieu!.