El origen de la arroba @

Si usted está leyendo este post en una computadora conectada a internet, seguramente tiene una dirección de correo electrónico y utiliza varias veces al día el símbolo “@” (arroba) como parte de los e-mails de sus amigos, familia o compañeros/socios de trabajo. Sin embargo, la mayor parte de los internautas desconocen el origen -y a veces hasta el significado- de este extravagante pero universal carácter.
Dado su utilización actual, casi siempre ligada al ámbito de las computadoras o del e-mail, se podría pensar que se trata de un símbolo especialmente creado para ese uso, con una antigüedad no mayor a un par de décadas. Error. Se trata de un símbolo antiguo, conocido y utilizado en la Edad Media, hace más de 500 años.

La mayoría de los historiadores e investigadores aceptan que el origen de la palabra “arroba” proviene del idioma árabe, concretamente del término "ar-roub", que significa cuatro. En cuanto al símbolo en sí mismo, esa especie de “a” cuasi aprisionada por un círculo, tiene sus orígenes en una práctica común entre los encargados de copiar libros en latín, a mano alzada, allá por la Edad Media. Estos copistas utilizaban "@" uniendo entre sí las letras "a" y "d" para formar la preposición latina “ad”, que significa "hasta" o "hacia" (la idea no parece tan descabellada, pues si uno tiene que copiar a mano decenas de veces cientos de páginas, lo más probable es que busquemos todas las formas posibles de ahorrar tiempo y trabajo).

 
Uno de los documentos más antiguos que se conocen que contiene una “@” impresa data del año 1536, y se trata de una carta enviada por un mercader italiano desde Sevilla a Roma. En dicho escrito se precisa la llegada de 3 barcos provenientes de América, repletos de tesoros. Pueden leerse párrafos como “Así, una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados...”. En ese contexto, la arroba representaba una unidad de medida utilizada por griegos y romanos que equivalía a “un cuarto de ánfora”. Pero la cosa no termina acá, también se podía (y en algunos lugares aún puede) emplear como medida de capacidad o volumen, con un valor que variaba de acuerdo al producto que se estuviese comerciando. Por ejemplo, si se trataba de líquidos, “una arroba de aceite” era equivalente a unos 12 litros y medio, pero si se estaba negociando con vinos, su valor era de algo más de 16 litros. También se la utilizó como medida de masa. En efecto, la “@” representa una masa equivalente a la cuarta parte de un “quintal.” El quintal es una antigua unidad de masa y de capacidad usada en España y en Hispanoamérica -en Argentina es común escuchar a las personas mayores, que viven en el campo, hablar de “quintales de trigo por hectárea”- que equivale exactamente a 46,0093 Kg. Una “@”, por lo tanto, equivale a poco mas de 11 kilogramos y medio.
Documento de 1536

Sigamos. A pesar de la antigüedad de ese documento, algunos historiadores -como el aragonés Jorge Romance- aseguran que el símbolo de la arroba ya se utilizaba en el año 1448, en el detalle de un envío de trigo desde Castilla hacia el Reino de Aragón. Pero con el paso del tiempo, y salvo regiones muy especificas, la “@” dejó de utilizarse. Solamente se mantuvo un poco viva en los EEUU, donde se empleaba en los registros contables, estableciendo el precio unitario de un producto en una factura. Podía aparecer en medio de la descripción de una operación, algo como “15 cajas @ 5 dólares cada una”, donde indicaba que el valor de cada caja facturada era de cinco dólares. También tiene mucho sentido, ya que en inglés “@” se dice “at”, que significa “a” (y también “en”, “de” y “hacia”). Esto hizo que cuando se inventó la máquina de escribir, a fines del siglo XIX, el símbolo de la arroba fuese incluido en su teclado (en otros idiomas se lo llama con nombres más descriptivos que hacen referencia a la espiral final o a su supuesta semejanza con el rabo de algún animal, por ejemplo: en alemán "cola de mono" -Klammeraffe o Affenschwanz-, en bielorruso "caracol" -ślimak-, en euskera "a envuelta" -a bildua-, en griego "patito" -papi o to papáki-, en coreano "caracol acuático" -gol-baeng-i o dalpaengi).

Pero la relación de la “@” con el correo electrónico es muy posterior a todo esto. Cuando el ingeniero Ray Tomlinson, creador del e-mail en 1971, estaba buscando un símbolo que sirviese para identificar las direcciones de correo, uno de los pocos disponibles en los teclados era precisamente la arroba. Según sus propias palabras “Hubiese sido más fácil usar un corchete, un paréntesis o incluso una coma, pero estos símbolos ya eran utilizados para otros fines, y de los símbolos que quedaban libres, la @ era el mejor”. Tomlinson también explicó que “Otro punto a favor de este símbolo es que al traducirse como at en inglés daba una sensación de localización”.

La primera dirección de correo electrónico de la historia fue “tomlinson@bbn-tenexa”. Esta dirección, y según el uso que le dio este ingeniero a la arroba en la informática, puede interpretarse como “Tomlinson en la (@) máquina bbn-tenexa”.

En fin, quién diría que un simple carácter inventado por los copistas medievales como una forma de simplificar su trabajo se convertiría con el paso del tiempo en el símbolo indiscutido del correo electrónico…

Adieu!.

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