Museo Vikingo




Cuando realizaron, en el año 1974, la serie de animación germano/japonesa llamada "Vickie el Vikingo" todavía yo no había nacido. Recién en mi adolescencia pude mirarla y tengo que decir que, a pesar de que la serie mostraba de forma un tanto superficial la vida de los vikingos, fue gracias al pequeño y colorado “Vickie” que comencé a interesarme por la vida de ellos.



  Hoy en día el término vikingo se emplea para referirse a todos los escandinavos de un periodo histórico concreto, la “Era Vikinga”, pero sus contemporáneos jamás los llamaron de esta forma. En Europa occidental generalmente se les denominaba normandos, voz procedente del antiguo germánico normaner, que significa “hombre del norte”, similar al inglés northmen. Eslavos y bizantinos los conocían como rus, mientras que los hispano-musulmanes se referían a ellos como al-magus , es decir, “los paganos”. En su propia lengua, el antiguo nórdico, vikingr significa literalmente “pirata”.

 En la imaginería popular, los vikingos han encarnado a la quintaesencia del bárbaro, el salvaje habitante de los confines del mundo civilizado. Sin embargo, si nos sumergimos en su tradición oral transcrita siglos después, descubriremos a un pueblo amante de la poesía, creador de un universo mítico de una complejidad y sofisticación fuera de lo común. Al mismo tiempo, la arqueología escandinava ha ido sacando a la luz un mundo de hábiles artesanos poseedores de un sentido estético extremadamente desarrollado. Fueron, en definitiva, un pueblo  tan complejo como cualquier otro.



Si hablamos de vikingos tenemos que hablar, desde ya, de sus barcos o “drakkars”.
La palabra drakkar es una transformación de un antiguo término islandés usado para designar a los dragones. A la embarcación conocida como drakkar se la ha llamado así debido a que a menudo el mascarón de proa de las embarcaciones vikingas consistía en la representación de la cabeza de una de estas bestias mitológicas.
Las mejores pistas sobre las técnicas de construcción de los drakkars provienen de los barcos fúnebres. En la sociedad vikinga era común que los reyes fuesen incinerados junto con su drakkar y sus más valiosas posesiones.



 Desde ya que no quiero, ni puedo, olvidarme de los  famosos “Berserker”.
Los berserker eran guerreros vikingos que combatían semidesnudos, cubiertos de pieles (la palabra berserk significa "camisa de oso") en estado de trance, poseídos por un furor sagrado, sin que "el hierro les pudiese herir ni el fuego quemar". Aullando como bestias, los berserker se lanzaban al combate con la boca espumeante y mordiendo salvajemente sus escudos (se decía que algunos padecían epilepsia). Entre ellos existían diferentes categorías: los guerreros oso; y los  guerreros lobo ( ulfhednar -pellejos de lobo-).
Según cuenta la leyenda, en todo “ejército” nórdico existía un grupo de doce soldados llamados berserkers, que tenían la capacidad de no sufrir heridas y seguir luchando durante días con el mismo ímpetu que al empezar la batalla. Algunos los creen integrantes de una secta seguidora de Odín, adoradores de osos o lobos, otros creen que eran simples elegidos. Lo único seguro es que su resistencia al cansancio y al dolor provenía de la ingesta de un hongo que los sumía en un estado de paroxismo en el que prácticamente no distinguían entre amigos y enemigos. Cuando morían, tenían un lugar privilegiado en el Valhalla, el paraíso de los vikingos, a la derecha de su amado Odín.
Tras la batalla el frenesí se esfumaba y su agotamiento se hacía palpable. Ese era el único momento en que se les podía vencer. Eran muy solicitados en tiempo de guerra, aunque los vikingos en general no los consideraban compañeros de armas, ya que su tipo de actuación poco tenía que ver con la ética del guerrero, donde primaban los conceptos de lealtad y fidelidad, astucia e inteligencia. No es de extrañar que debido a su apariencia (envueltos en pieles de animales) y su fiero modo de actuar en la batalla se les considerara mitad hombre-mitad bestia y fueran uno de los pilares a la hora de crear la leyenda de los hombres lobo.



Las incursiones de los vikingos cesaron a finales del siglo X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían convertido en reinos, y los reyes dedicaron la mayor parte de sus energías al gobierno de sus dominios. Con la expansión del Cristianismo, los antiguos valores guerreros de los vikingos se debilitaron hasta desaparecer. Las culturas que habían conquistado los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos franceses, y los varegos rusos.

Si quieren saber aún más sobre el tema, les paso a continuación una lista de 3 museos para que puedan visitar, disfrutar y aprender de toda la maravillosa historia de los vikingos.

* El Museo Vikingo de Roskilde (al oeste de Copenhague-Dinamarca) tiene cinco embarcaciones vikingas originales, encontrados en los Fiordos de Roskilde, cerca de Skuldelev. Además tienen una colección propia, de réplicas de embarcaciones vikingas y de otros tipos nórdicos.
* El Museo Nacional de Dinamarca (Copenhague) ostenta varios drakkars y la história completa descriptiva desde la creación de los primeros hasta los últimos.
* El Museo Vikingo de Schleswig-Holstein (Norte de Alemania- frontera con Dinamarca). Van a encontrar restos de snekkers y drakkars, además de una nave vikinga espectacular.

Museos que, Dios y billete de por medio, me encantarían visitar!.

Ahh, no me gusta ser "aguafiesta" pero los vikingos jamás usaron cascos con cuernos ( fue en el periodo Romántico cuando los artistas de la época les pusieron "alas" a los cascos  y el primer artista en "ponerle los cuernos" a los vikingos fue el sueco Gustav Malström, en 1820, para ilustrar el poema Frithiofs Saga, de Esaias Tegnér).



Ahora si, a su salud!.