Las Cápsulas del Tiempo de Andy Warhol

La figura de Andy Warhol quedará siempre asociada al Pop Art y a sus series miméticas e infinitas de retratos en color, lo mismo que a sus películas, su fotografía, a su revista Interview, y a sus desenfrenadas fiestas underground con los sonidos de la Velvet Underground y Nico. Y también a sus Cápsulas del Tiempo , esas cajas repletas con “las cosas de Andy” que hoy representan la principal fuente de información sobre su vida y, más aún, son consideradas parte de su práctica artística.


Sin lugar a dudas, el consumo constituía una buena parte de la creatividad y estilo de vida de Andy Warhol. No sólo la representación del objeto de consumo era su pasión, pues él mismo se convirtió en un comprador y coleccionista compulsivo (Warhol recorría asiduamente las casas de subastas, las tiendas de antigüedades y, especialmente, los “mercados de pulgas” –ferias americanas-, para encontrar nuevas joyas de inspiración).


Para Warhol, la cultura del Shopping suponía una excelente inversión de tiempo y, por supuesto, de dinero. Llegó a tener tantas cosas que le crearon muchos problemas por su estricto sentido del orden. Guardaba en cajas muchos de los objetos que se convertían en símbolos, pues absolutamente todo le recordaba a algo.


Veamos. Todo comienza en el año 1973, cuando Warhol decide trasladar su "Factory" de Union Square West a Broadway. Una vez terminada la mudanza, Warhol se dio cuenta de que unas simples cajas de cartón eran un método eficiente y económico para guardar el flujo diario de cartas, revistas, regalos, fotografías, tarjetas de presentación y otras tantas miles de cosas que pasaban por sus manos (para el momento de su muerte -1987-, había completado 612 cajas).


En su autobiografía titulada “The Philosophy of Andy Warhol: From A to B and Back Again”, Warhol escribió:
“Lo que deberías hacer es tomar una caja cada mes, guardar de todo en ella y cerrarla al término del mes. Deberías mantenerte al tanto de su ubicación, pero si se te hace imposible y la pierdes, no hay problema, porque es algo menos en qué pensar, un alivio para tu mente… Yo empecé con baúles y muebles curiosos, pero luego consideré algo más económico y empecé a guardarlo todo en cajas marrones, todas del mismo tamaño”.

En fin, poca gente cree haberlo conocido en la intimidad, pero lo cierto es que desde su peculiar manera de entender tanto el arte como el negocio (dos cosas que no veía separadas) dejó un sello imborrable en la cultura popular, en la industria del espectáculo y el manejo de la imagen, desde su personaje frívolo, excéntrico, distante y tremendamente cínico.

Para todos los curiosos y voyeurs warholianos acá tienen algo para regocijarse (Time Capsule 21).

Adieu!