Boy Jones, el hombre que robó los calzones de la reina Victoria

Un escritor inglés descubrió la increíble historia del primer acosador de celebridades en Gran Bretaña, un joven de 14 años que ingresó al Palacio de Buckingham y robó unos calzones de la reina Victoria de Inglaterra (1819-1901).


A partir de varios artículos periodísticos del siglo XIX, Jan Bondeson, que trabaja para la Universidad de Cardiff (Gales) escribió el libro “Queen Victoria’s Stalker” (El acosador de la Reina Victoria) que no hace mucho salió a la venta.


Entre 1838 y 1941, este muchacho conocido en Scotland Yard como Boy Jones (el chico Jones) ingresó secretamente 3 veces al Palacio de Buckingham, en pleno centro de Londres, y en cada una de esas ocasiones estuvo a pocos metros de la recién coronada reina antes de ser detenido (se sabe que el joven Jones se sentó en el trono real, durmió en una de las camas de la reina, se metió en 1 de los apartamentos privados de Victoria, y hasta leyó algunas de sus cartas). En una oportunidad, el muchacho fue atrapado infraganti mientras escapaba de la alcoba real con un par de sus calzones escondidos en su pantalón.


 La reina, de 19 años por aquel entonces, escribió en su diario privado: “Suponiendo que él hubiera entrado a la habitación, cuánto miedo hubiera sentido”.

Jones, en un primer juicio, fue juzgado por el robo en una corte de Londres. Pero tras los hechos posteriores, fue juzgado en secreto, claro está, para evitar el escándalo a la realeza (¿se imaginan los titulares?: “Último momento: Pequeño ladrón le roba los calzones a la Reina”. Sin comentarios).


Sigamos. En 2 oportunidades fue sentenciado a trabajos forzados, pero cada vez que salía de prisión lograba introducirse en el Palacio de Buckingham. Finalmente, el Gobierno británico decidió trasladarlo a Australia para mantenerlo bien alejado de la reina Victoria y de su esposo, el príncipe Alberto.

Lo ocurrido con el joven fetichista fue descubierto por Bondeson, tras una larga investigación. “La historia es poco conocida debido al velo de secretismo que rodeó al caso, pero Jones fue el primer acosador de celebridades”, sostuvo el autor, que vive en Newport (Gales).
“Lo increíble del caso -agregó- es cuán cerca logró estar el joven de la reina y cuán grande fue el esfuerzo del Gobierno por deshacerse de él. Estaban preocupados acerca de lo que Boy Jones pudiera decirle a la gente. Nadie sabía que había visto u oído en el Palacio”. Por último, Bondeson dijo que “Edward Jones era un personaje muy extraño y, excepto la Reina Victoria, nunca estuvo interesado en las mujeres.

Jones terminó sus días trabajando como vendedor de pasteles en Australia. Murió el 26 de diciembre de 1893, a los 70 años, tras caer de un puente, supuestamente ebrio.

En fin…no sabemos el motivo por el cual el pequeño Jones quería las bombachas de la reina. ¿Objeto fetiche?, ¿amuleto?, ¿talismán?, ¿amor?, ¿admiración?... saquen ustedes sus propias conclusiones.


Adieu!.