Pripyat, la ciudad fantasma

En el mundo existen infinidad de pueblos y ciudades fantasmas, pero seguramente ninguna con una historia tan trágica como la de Pripyat. Ésta ciudad, que se encuentra al norte de Ucrania en la región de Kiev, cercana a la frontera con Bielorrusia, fue evacuada en menos de 3 horas y desde aquel entonces, hace ya 24 años, nadie ha vuelto a recorrer sus calles, pasear por sus plazas y, menos aún, habitar sus casas.

¿Qué sucedió?, ¿qué le pasó a esta ciudad?... Simples preguntas que tienen como respuesta una terrible historia…

Lunes, 28 de abril de 1986: “…Hay cientos de heridos y muertos. Se escuchan fuertes explosiones. Es inimaginable lo que está sucediendo aquí con este fuego. Estoy a 30 kilómetros del reactor y no sé qué hacer. ¡Por favor!, díganle al mundo que nos ayude…”.

De esta forma se iniciaba para el mundo entero uno de los capítulos más oscuros en la historia de la energía atómica. Acababa de nacer un nuevo sinónimo de la palabra horror: Chernobyl.

Todo comenzó 2 días antes, precisamente el 26 de abril, cuando un aumento inesperado de potencia en el reactor 4 de la Central Nuclear de Chernobyl provocó el recalentamiento del núcleo del reactor, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior. La cantidad de material radiactivo liberado fue unas 500 veces mayor que el de la bomba atómica de Hiroshima, por lo que la ciudad se vio afectada por la radiación y debió ser evacuada por el ejército ruso de forma inmediata. La mayoría de los evacuados fueron desalojados de sus casas contra su voluntad, los animales domésticos y el ganado fueron sacrificados para evitar cualquier tipo de alteración genética y muerte en sus descendientes.

Pripyat fue fundada en 1970 para dar hogar a los trabajadores de la central nuclear de Chernobyl y a todo su núcleo familiar. Con un clima relativamente templado y un suelo muy fértil, la ciudad se convirtió en una de las zonas más atractivas para vivir de la antigua URSS (tal es así que, paradójicamente, fue llamada “la ciudad del futuro”).

Hoy por hoy, Pripyat no tiene ni un solo habitante (salvo fuerzas de seguridad que custodian la zona, investigadores y científicos). La ciudad es actualmente un museo de la era soviética. En los departamentos abandonados todavía se encuentran juguetes, ropa, televisores, colchones, fotografías y objetos personales en el mismo lugar que los dejaron sus dueños.

Debido al desastre, Pripyat quedó totalmente detenida en el tiempo. Una muestra de ello es que aún se encuentran símbolos comunistas colgados de las paredes; en los lugares de voto todavía están las urnas y los carteles que se mostrarían el 1 de mayo. Sobre el edificio de gobierno, aún están los escudos de la URSS y de la República Socialista Soviética de Ucrania.

Según los estudios realizados, Pripyat podrá ser nuevamente habitable dentro de varios siglos (las concentraciones de elementos radiactivos y la radiación no desaparecerá de forma absoluta hasta dentro de 24 milenios -que es lo que se cree que tarda el plutonio en desaparecer-).

En fin, de aquellos días y noches de sufrimiento, angustia y horror sólo queda en el mundo el resquemor por las usinas nucleares y la conmemoración de una fecha fatídica. Por ignorancia, desidia o intereses económicos y/o políticos ligados a la energía nuclear, la mayoría parece creer que el desastre de Chernobyl es una cosa del pasado. Sin embargo, los ucranianos y bielorrusos, a pesar de los 24 años transcurridos, aún siguen sufriendo los alcances de un “accidente” que continúa y continuará vigente por muchísimo tiempo más. Sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos les seguirán recordando que la tragedia aún es parte de sus vidas.

Adieu.