Los días que jamás existieron

Si viviéramos en el mes de octubre del año 1582, el día de hoy no existiría. Sí, leyeron bien, no existiría. En realidad, y para ser más precisa, los días comprendidos entre el 5 y el 14 de octubre no existirían...¿extraño?, así es. Les paso a contar lo sucedido.

En el año 46 a.C. Julio César dio fin al calendario lunar e instauró el uso del calendario juliano, un calendario solar que establecía la duración del año en 365,25 días, y contenía meses de 30 y 31 días, excepto febrero que tenía 28, y 29 en los años bisiestos. Pero el astrónomo encargado de calcular la duración del año se pasó 11 minutos y 14 segundos.


Digamos que en ese momento el error no tuvo ninguna importancia, pero esos 11 minutos "y monedas" se fueron sumando, y a mediados del siglo XVI el calendario ya llevaba 10 días de adelanto a las estaciones. Así, en el año 1582, el Papa Gregorio XIII ordenó ajustar el calendario- que paso de llamarse juliano a “gregoriano”- para eliminar el desfase producido por el inexacto cómputo. De esta forma, y aconsejado por los astrónomos, el Papa decretó por la bula "Inter Gravissimas" que el jueves 4 de Octubre de 1582 sería inmediatamente seguido por el viernes 15 de Octubre para compensar la diferencia acumulada, a lo largo de siglos, entre el calendario juliano y las efemérides astronómicas.

Hay varios ejemplos de este pequeño gran “salto” al futuro, pero uno de los más interesantes es el de Teresa de Jesús, que murió el 4 de Octubre de 1582 y fue enterrada el día 15 del mismo mes, aunque en realidad era el día siguiente.

También está el ejemplo de Cervantes y Shakespeare. Cervantes murió, oficialmente, el 23 de abril de 1616 (del calendario gregoriano, que ya regía en España). Shakespeare también murió, efectivamente, el 23 de abril…pero del calendario juliano (3 de mayo en el gregoriano) todavía vigente en Inglaterra (o sea, 10 días más tarde, que como coincidencia no deja de ser destacable)...

Adieu!.

Para seguir leyendo:
-Objeto Museístico: El calendario
-Objeto Museístico: El almanaque de Gotha