Nicolas Appert el inventor de las latas

“La herramienta más utilizada es el abrelatas” (dicho popular norteamericano).

Económica y práctica, la lata de conserva nos ha sacado de más de un apuro a la hora de preparar la comida y, desde ya, le ha dado un respiro a nuestros bolsillos cada vez más desahuciados… o acaso ¿quién no se ha abastecido de latas y latas de conservas en tiempos de crisis?.

Este “salvador” invento fue gracias a un cocinero, destilador y químico llamado Nicolas Appert.
Nacido el 17 de noviembre de 1749 en Châlons, Francia, aprendió desde muy joven el oficio de hacer vinos y champagne mientras era aprendiz de cocina en un hotel de su pueblo; trabajó así mismo en cocinas privadas y en cervecerías, fue fabricante de caramelos y a los 31 años se ganó el título extraoficial de pastelero (las malas lenguas dicen que trabajó haciendo esponjosas tortas y exquisitas masitas secas a la princesa de Forbach, una de las mujeres más golosas de París).

En 1795, durante un periodo de intensa rivalidad entre franceses y británicos por mantener a sus ejércitos debidamente alimentados, Appert se dedicó a experimentar en la cocina tratando de que distintos productos se lograran conservar al igual que los vinos.

 Cuando la reducción de los suministros de alimentos en el extranjero pone en peligro las fuerzas de Napoleón, el Directorio hizo un llamamiento para aprovisionar de nuevo a las tropas y ofreció entonces una suculenta recompensa a quien le presentara “un método para mantener los alimentos largo tiempo y en buen estado para mejorar las condiciones de sus ejércitos”. Nicolas empezó a probar nuevos sistemas y, a la edad de 57 años, logró descubrir cómo hacer la conservación de alimentos empacados en frascos de vidrio, precediendo en varios años la obra del inventor inglés, Peter Durand, que creó una tecnología para la conservación de comidas en latas. El método de Appert requería de una olla, agua hirviendo, botellas de champagne de cristal, cera y alambre (con estos últimos sellaba herméticamente los recipientes).

Nicolás ganó el premio de 12.000 francos ofrecidos por el Directorio y una medalla de oro de la “Société d’Encouragement pour l’Industrie Nationale” que lo convirtió en héroe nacional por su contribución al suministro de alimentos de la nación (cabe señalar que Appert también fue el que inventó el caldito en cubos).
Animado por lo sucedido publicó entonces una descripción de su método titulado “Le livre de tous les ménages ou L’Art de conserver, pendant plusieurs années, toutes les substances animales et végétales” (El arte de conservar, durante varios años, todas las sustancias animales y vegetales). Pero lamentablemente Appert cometió el error de no patentar su sistema y los ingleses se lo copiaron. Algún tiempo después, John Halle y Brian Donkin, que habían aplicado el método Appert, cambiaron las botellas por envases de hoja de lata, que eran más resistentes, más manejables y menos pesadas. La novedad se puso tan de moda que en 1830 estas conservas comenzaron a venderse a precios de locura.


Appert murió sin un centavo el 1 de junio de 1840 (hay quien dice que fue el 3 de junio de 1841), en Massy, cerca de París, dejando su trabajo de investigación a Raymond Chevallier Appert.

Según Napoleón “quién pudiese alimentar bien a un ejército conquistaría el mundo”. Nicolas Appert lo consiguió. El resto de la historia ustedes ya la conocen.

Adieu!!.