Museo del Diablo

"A pesar de todas sus imperfecciones, ¡yo amo al Hombre! Soy un humanista. Quizás el último humanista". Al Pacino en “El abogado del Diablo” (1997).

Ángel caído por excelencia, la figura del diablo se asoció siempre a la maldad más destructiva, a la desvergüenza, a la falsedad, a la depravación y a la monstruosidad más repugnante concebida por la mente humana.

Luzbel fue el primer ángel que despertó y fue la más grande criatura de magnificente belleza en la aurora cósmica. Todos los ángeles que fueron creados después de él no tenían la hermosura ni la grandeza que poseía el primer ángel de la mañana. El fue el encargado de encender las primeras luces del universo, y, en memoria a aquella primera luz, se llamó Lucero a la primera estrella de la mañana, conocida también como Venus, que diariamente aparece antes que llegue el sol.

Lucifer (del latín lux “luz” y fero “llevar”: portador de luz) era un hermoso y soberbio ángel que se reveló contra Dios, queriendo ser como Él, y por tal motivo fue expulsado del paraíso.

Según la teología cristiana “...Al mismo tiempo que Dios creó los cielos y la tierra, también creó a los ángeles. Eran espíritus puros y muy inteligentes que estaban al servicio de Dios”.Formaban tres ejércitos celestiales jerarquizados en 3 coros. La primera jerarquía: Serafines, querubines y tronos; la segunda, dominaciones, virtudes y potestades; la tercera, principados, arcángeles y ángeles. A cada categoría le estaba encomendada una misión.Llegado el momento, Dios llamó a su presencia a Luzbel y le dijo: “En la consumación de los tiempos, Nos, la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Divino), hemos decidido que el Hijo nazca de una mujer cuando el espíritu la cubra con su sombra y sin dejar de ser Dios, será verdadero hombre. El Hombre Dios. Y como tal, tú y toda la Corte Celestial deberá servirle y adorarle”.Entonces, Luzbel, el más bello de todos los espíritus angélicos, se reveló contra Dios y en un acto de soberbia exclamó: ¡Non serviam! (según los teólogos, los ángeles hablaban en latín, y en español quiere decir, “no le serviré”).Junto a Luzbel parte de las divisiones celestiales tomaron como líder al ángel rebelde. La respuesta de Dios fue contundente: Considero a Luzbel y a sus seguidores como enemigos de Dios y arderán eternamente en las llamas del infierno.

"¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra, dominador de naciones!. Tú que dijiste en tu corazón: “Al cielo subiré, por encima de las estrellas de Dios, alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión en el extremo Norte. Subiré a las alturas del nublado, y seré como el Altísimo." (Is 14.12-14).

El nombre de esta entidad es tan múltiple como podamos imaginar, se lo denomina Diablo, Demonio, Lucífugo, Lucifer, Satán, Satanás, Belzebuth, Luzbel, etc., además de contar con todas las traducciones en los diferentes idiomas: Débil, Diavolo, Diable, Demon, Teufel, etc. Pensar o creer que todos estos nombres representan a la misma criatura es un error, pero con el paso del tiempo lo único que se ha hecho es aumentar más las historias e intervenciones de este ángel en la historia de la humanidad. Al Demonio poco le importa que alguien lo llame de una manera u otra, en todo caso también puede apropiarse de otros nombres que pertenecen a otras jerarquías.

La imaginación y la incipiente iglesia católica de otros tiempos reunió en un solo personaje a todos estos nombres para meter dentro de la misma bolsa todo aquello que no se ajustaba al orden que trataba de imponer en sus tiempos. La iglesia católica contribuyó más que cualquier otra religión a darle una enorme fama al diablo y a sus actos, esto se extendió luego a todas las derivaciones del catolicismo en sus diferentes religiones nuevas y sectas.

La visión que tienen las tres religiones monoteístas de Lucifer varía muchísimo. Para los judíos “Lucifer, Satán y Belcebú” son 3 entidades diferentes (Lucifer es un término metafórico para referirse al Rey de Babilonia en el Libro hebreo de Isaías Cap. 14, Satanás es un miembro de la Corte Celestial que ejerce como Procurador o Fiscal del Cielo, que asesora a Dios como una especie de acusador y Belcebú un ídolo que se adoraba en la ciudad filistea de Ecrón en los tiempos del Reino de Israel). Los cristianos ven en Lucifer, Belcebú y Satán a la misma entidad (un ser demoniaco, malvado, el Ángel Rebelde que inició una revolución contra Dios en aras de derrotarlo y no someterse a su voluntad). Para los cristianos, el Diablo es la personificación de toda la maldad del Universo, el origen de todo mal. En el Islam, el Diablo (Iblís) es sencillamente un djinn o genio malévolo, un espíritu de fuego, pero no un ángel pues los ángeles son incapaces de rebelarse según el Corán.

En fin, si les interesa conocer más sobre la historia de Lucifer (Satanas, Demonio, Luzbel, o como gusten llamarlo) pueden visitar el “Museo del Diablo”. Dicho museo, ubicado en Kaunas, Lituania inició su colección en 1906. Cuenta con más de 3000 esculturas, fotografías y objetos tallados de todo tipo de demonios y diablillos.

Un Museo que, Dios (ups…) y billete de por medio, me encantaría visitar.
Eso sí: Vade Retro Satán!.

Adieu!!.

Para seguir leyendo:
-Museo de los fantasmas
-Fantasmas famosos
-Museo de la locura
-Objeto Museístico: La silla eléctrica
-Objeto Museístico: El cinturón de castidad