Construcción Museística: El Faro

Los faros son construcciones que evocan miles de imágenes románticas en nuestra mente: terribles tormentas, noches de niebla y misterio, encuentros y desencuentros amorosos…Sin embargo, detrás de la leyenda aparece la realidad: la necesidad que ha tenido siempre el ser humano de dominar y sentirse seguro. Por eso, su origen se confunde con el de la navegación.
Posiblemente el primer faro no fue más que una simple fogata que alumbró ocasionalmente a algún barco con el propósito de orientarlo. Pero el hombre precisaba moverse, y así ideó el procedimiento para encender hogueras en los puntos más altos con el fin de encontrar el camino.

Los egipcios y romanos utilizaron, a modo de faros, fuegos encendidos en braseros a una altura conveniente, los cuales eran cuidados por sacerdotes. Entre ellos, el más famoso fue el faro de Alejandría, construido en el siglo III a.C. bajo el reinado de Ptolomeo II (se le dio el nombre de faro porque la torre, de unos 180 metros de altura, fue construida en la isla de “Pharos”, frente al puerto de Alejandría. Tan maravillosa construcción, realizada por el arquitecto Sostrato de Gnido, estaba recubierta de mármol y en lo más alto ardía una enorme llama que resplandecía durante la noche y que se veía desde una distancia de 55 kilómetros).

Otras construcciones que sirvieron de faro a los navegantes fueron el Coloso de Rodas, La Torre de Hércules, a la entrada de La Coruña y el faro de Chipiona. Uno de los que primero se levantaron en el Mediterráneo occidental es el de Porto Pi, aún en funcionamiento, a la entrada del puerto de Palma de Mallorca.

Durante la Edad Media los faros no se perfeccionaron. No obstante, en el siglo XVII, con el desarrollo del comercio marítimo y la consolidación territorial y administrativa de Inglaterra, Francia y España, comenzaron a construirse torres especialmente diseñadas para faros. Con la mejora del sistema de alumbrado, propuesta por el físico francés Agustín Fresnel en el siglo XIX, la farología se hizo adulta.

Estas altas torres que sirven para señalizar, defender y guiar pueden estar ubicadas en tierra firme o dentro del mar. Las primeras constan de una torre que alberga el faro, y de varias dependencias adosadas, como la vivienda del farero y las zonas para guardar los equipos de radio y sirenas. Las que se levantan en el mar no tienen más remedio que encerrar en la misma torre todos los instrumentos.

Como se puede suponer, dado el lugar donde se asientan, estas construcciones son extremadamente sólidas. Se calcula que durante una gran tormenta el viento puede llegar a tener un empuje de 275 a 300 kilómetros por metro cuadrado. Por ejemplo, el faro de la Vieja, en el Raz de Sein, Bretaña francesa, cuya linterna estaba situada a una altura de 34 metros sobre el nivel del mar, fue derribado por una ola gigante el 5 de diciembre de 1896. Por eso, algunos faros han tenido que volverse a construir varias veces.

Cualquiera que sea el tipo de edificación, la torre termina en una plataforma con baranda sobre la cual se levanta un cuerpo cilíndrico que sostiene la cúpula o linterna, que aloja el elemento óptico. La linterna es lo más importante del faro, dado que es la que protege la luz y el aparato óptico de las inclemencias del tiempo. La luz que proviene del faro puede ser fija o intermitente; estás últimas suelen tener una luz muy brillante de corta duración precedida de un intervalo de oscuridad y de otra luz más tenue. Si el faro está en tierra firme, la señal luminosa no tiene que cubrir los 360 grados, puesto que no debe enviar ninguna señal luminosa tierra dentro.

Hoy por hoy casi todos los faros están automatizados y por tal motivo ya no necesitan que el “farero” esté permanentemente al pie de la torre encendiéndola y apagándola. De hecho, unos tienen instalados sistemas de control remoto o células fotosensibles que se activan cuando comienza a oscurecer. Sin embargo, a pesar de las nuevas tecnologías todavía los marinos confían plenamente en él. Y no es para menos!!, los solitarios y fuertes faros siempre los han ayudado a regresar sanos y salvos a su hogar. Y desde las más hermosas islas, acantilados y penínsulas lo seguirán haciendo por mucho, mucho tiempo más.


Adieu!.

Los invito al blog de Fernando Bonatto "Poesía y Ramos Generales", en el cual hay una sección llamada "Mitos de Mar del Plata" en donde se hace referencia al faro de dicha ciudad.