Objeto Museístico: Las Huellas Digitales


Todos nosotros cambiamos, por lo menos una vez en la vida, de trabajo, auto, color de cabello, pareja, casa, psicólogo, carrera y hasta también, si es que creemos que la naturaleza se olvido de nuestra existencia en el momento del reparto equitativo de la ”belleza”, de rostro.
Si, actualmente podemos modificar, alterar, mudar, permutar y/o reformar muchas cosas, pero aunque esto sea cierto hay algo que todavía no podemos cambiar (por un modelo 0Km o mejor) y es de “huellas digitales”.


Las huellas dactilares son características exclusivas de los primates. En la especie humana se forman a partir de la sexta semana de vida intrauterina y no varían en sus características a lo largo de toda la vida del individuo (los patrones de las huellas son el resultado de campos de fuerza elástica en la capa de células entre la
dermis y la epidermis. Pequeños cambios en la forma de cada dedo embrionario y de la futura yema del dedo conducen a grandes cambios en la forma de los plieges de la piel. Una vez que la huella se ha formado, ya no cambia para el resto de la vida).


Debido a que el diseño de las huellas digitales no está determinado estrictamente por el código genético, sino por pequeñas variables en las concentraciones del factor del crecimiento y en las hormonas localizadas dentro de los tejidos, son únicas e irrepetibles, aún en gemelos idénticos (sin embargo, hubo personas encarceladas por un crimen cometido por su hermano gemelo, pero ese es otro tema). “No existen dos individuos que posean dibujos similares en las yemas de los dedos”. La consagración de este principio como un método universalmente reconocido para la filiación de las personas es consecuencia directa de la obra científica de Juan Vucetich, creador del sistema dactiloscópico.

Un dato de interés.

Las huellas de los pies no son iguales a la de las manos (de hecho cada huella es diferente) y se clasifican en:

* Arco simple.
* Arco en forma de carpa.
* Lazo o presilla interna.
* Lazo o presilla externa.
* Espiral simple.
* Lazo o presilla con anillo central.
* Espiral de presilla doble.
* Espiral accidental.

Con respecto a este tema de las huellas, dos noticias me llamaron poderosamente la atención. Paso a contarles.
“Sin huellas no hay dinero, dijo un banco a un hombre sin brazos”:
Steve Valdez se dirigió a una sucursal de Bank of America, de la ciudad de Florida, Estados Unidos, para cobrar un cheque. El hecho no debería ser noticia, a no ser porque le pidieron a este individuo sus huellas digitales, pese a que había nacido sin sus brazos y a que usaba prótesis en ambas extremidades.
Al parecer, como no era cliente del banco, la cajera le pidió al hombre sus huellas dactilares para corroborar su identidad, si es que quería cobrar el cheque. Valdez trató de explicarle que no podía y hasta le mostró dos documentos que corroboraban quién era, pero no hubo forma de hacer entrar en razón a la mujer, que incluso recibió el respaldo del supervisor.
Finalmente, cuando el hecho se hizo público, la entidad bancaria salió a ofrecer sus disculpas públicamente y reconoció: "Deberíamos ofrecer alternativas si un individuo no está en capacidad de entregar sus huellas".

La segunda noticia sucedió en diciembre del año pasado y se refiere a un hombre de 62 años que viajaba de Singapur a EEUU y fue detenido en la oficina de Inmigración porque tenía las huellas dactilares parcialmente borradas. Ese caballero estaba tomando desde hace 3 años Capecitabina, un fármaco comercializado bajo el nombre de Xeloda, aprobado por la Agencia Europea del Medicamento en 2001 y empleado en Oncología para tratar ciertos cánceres, como el de cuello, cabeza, mama y estómago. Este fármaco tiene diversos efectos secundarios, entre ellos el síndrome mano-pie, una inflamación crónica de palmas y plantas de los pies con formación de ampollas, úlceras, descamación (despellejamiento) e incluso ligeras hemorragias. Tras un largo tiempo de tratamiento, tenía las huellas dactilares parcialmente borradas, pero el paciente no era consciente de ello ya que no le afectaba su vida diaria, por lo menos hasta ese momento. Al viajar a EEUU para visitar a unos familiares le retuvieron unas cuatro horas en el aeropuerto hasta que se aseguraron de que no era una triquiñuela para burlar las medidas de seguridad estadounidenses y que no era un sujeto peligroso para los Estados Unidos. Eso sí, en el futuro tendrá que llevar permanentemente consigo una carta de su oncólogo, el Dr. Eng-Huat Tan del National Cancer Centre de Singapur, certificando que está bajo ese tratamiento y que la falta de huellas dactilares se debe a los efectos secundarios del mismo.



Les dejo a ustedes, si lo creen conveniente, los comentarios.

Me despido hasta la próxima.
Post dedicado a los recién estrenados “20 abriles” de Victoria “Bebu” Tula Saborido, mi hermanita menor.
Salud!.